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Adolfo Bimer

Desde el 2014 es codirector de la organización artística Sagrada Mercancía, un espacio independiente ubicado en el centro de Santiago

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Licenciado en Artes Visuales de la Universidad de Chile (Santiago de Chile, 2011) con estudios de Historia del Arte en Utrecht Universiteit (Utrecht, Holanda, 2007). Desde el 2014, es codirector de la organización artística chilena Sagrada Mercancía, enfocada en promover nuevas prácticas dentro de la producción, exhibición y pensamiento crítico del arte contemporáneo en América Latina y más allá. Ha desarrollado variados proyectos, exposiciones y publicaciones en Latinoamérica, el Caribe y Europa.  

Su trabajo indaga las formas en que nosotros humanos somos representados a través de las ciencias médicas, poniendo énfasis en cómo la institución de la salud, mediante sus sistemas de producción de imágenes y datos, excluyen la singularidad del individuo definiendo así percepciones abstractas de identidad, salud, enfermedad y cuerpo, deshumanizando la propia afectividad que contienen. Su biografía, como acompañante de una paciente en un centro hospitalario, se convierte en una fibra que le otorga familiaridad frente al universo de materiales médicos e impulsa su uso para crear un tejido de obras que interconectan así lo general con lo específico. Pasar de la rigidez hermética de los datos e imágenes científicas a la flexibilidad porosa de las experiencias personales, posibilitando agenciamientos de rehumanización afectiva a través de su práctica artística.

Sus obras generalmente hacen uso de tipologías científicas como la microscopía, estadísticas mundiales de salud, escáneres CT, MRI, radiografías o dibujo anatómico, que coinciden con reacciones materiales que se producen durante la experimentación de taller mediante pintura, dibujo, fotografía o escultura. Así, las muestras se convierten en imágenes, datos y objetos, a la vez. Las tecnologías médicas contribuyen a la producción de una membrana visual para la obra donde la realidad intangible del cuerpo es repensada con agencia de materia física y sensible, y no como mera cifra. Un proceso que incentiva la transformación y experimentación material buscando una nueva visualidad para el dato: reorganizarlo, pintarlo, deformarlo, esculpirlo, alterarlo, distorsionarlo. Un plano de abstracciones donde se cuestiona la salud desde su diagrama y lo afectivo desde su ausencia, en relaciones de no-oposición. Un plano donde como humanos somos reducidos al resultado de nuestros exámenes, y desde ellos, volvemos modificados a la humanidad, para modificarla también. Pero ahora, dimensionando la multiplicidad de interrelaciones entre las capas mudas al interior del cuerpo y la realidad abstracta del entorno exterior. Vamos por la vida así, de ida y vuelta desde esas condiciones sociales globales hasta nuestra microescala, oscurecida dentro de la piel. La enfermedad es entonces una distancia que nos acerca al cuerpo.