Carolina Ruff trabaja a partir del lugar. Generalmente utiliza el espacio público y, con frecuencia, el espacio del arte como soporte y/o parte de su obra. El trabajo se estructura a partir de tramas que configuran física y culturalmente cierto espacio, estableciendo un dialogo continuo entre la artista, la obra y el lugar. Esto la lleva a cuestionarse el sistema del arte, del cual ella misma, como artista, forma parte.
Como método de trabajo recurre al desplazamiento, como también a la simulación y (des) aparición para denotar cuerpos, objetos y fragmentos faltantes, ausentes o probables. Por medio del contraste entre fragmento y totalidad, y a través de la dialéctica entre visibilidad e invisibilidad, busca reflexionar sobre lo presente y lo ausente, el recuerdo y el olvido, la realidad y la ilusión.