Hace un par de años que ha estado abordando la naturaleza muerta, concentrado en pintar los motivos que aparecen en su jardín. Flores en jarros, frutas, hongos o pájaros muertos posan sobre una mesa o sobre un plato. Esa ha sido su tarea en el último tiempo: la observación de estos modelos para entender la luz, los colores, las texturas y todas las cosas a las que se enfrenta cuando pinta, traduciendo lo que ve y fija en una pintura. Se trata de un ejercicio simple, una escena mínima que pinta del real y “alla prima” en un par de horas. Esta forma de pintar le sirve para resolver la imagen con fluidez y síntesis, algo que valora en la pintura en general. Le preocupa la manera de pintar, el gesto y la pincelada.