Su práctica como artista se ha caracterizado por establecer un puente entre el mundo de la ciencia y el arte, generando cruces y encuentros entre el pensamiento científico y filosofico. De su profundo interés por la astronomía y las matemáticas surgue la idea de "trama”, como la conexión de puntos sobre el espacio, una constelación y mapa del cielo trazado en la superficie de la tierra a través de sus recorridos. Su obra comienza con el reconocimiento de lo que ha sido descartado y desapercibido, y finalmente con la ética y la dignidad en la que cada uno de estos fragmentos recuperados del mundo vuelve a su presencia, transfigurado y reinterpretado por voluntad de la artista.
Sus viajes, pizarras, instalaciones y construcciones móviles, como una filosofía del mundo, un mapa mental y físico de experiencias, así como del estado y posición que ocupa el artista en el mundo y el universo.